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Hockey subacuático: el palo y la "bocha" con snorkel

Creer que el hockey se limita a 11 contra 11 en una cancha de césped sintético es no conocer del todo las variantes del deporte. Existe también pista donde el juego se desarrolla dentro de un gimnasio y hay tablas laterales que no permiten que la bocha se vaya del campo por esas líneas: rebota y sigue, rebota y sigue. Y también está el hockey subacuático. Sí, esa idea que tenemos del palo y “la bocha” pero bajo el agua.

El hockey subacuático se juega en el fondo de una pileta semiolímpica, el tejo (lo que sería la bocha) está relleno con plomo recubierto de plástico para que pueda deslizarse por el fondo. Los jugadores usan máscara o luneta (como los de buceo), snorkel, gorros como los de waterpolo (que dan protección en la parte de las orejas), aletas (específicas del deporte o las largas que suelen usar en buceo), un guante hecho de silicona que protege la mano y un palo negro o blanco para distinguir los planteles. Se juega seis contra seis con cuatro relevos simultáneos cada equipo y el partido no se frena para que estos ocurran. Son dos tiempos de 15 minutos. Hay dos arcos de tres metros, cada uno es una chapa con una canaleta en el medio donde entra el tejo y se hacen los goles. El objetivo, como en tantos otros juegos es hacer la mayor cantidad de goles, y así, ganar.

Hasta ahí la idea general de cómo es un partido entre dos equipos. Pero, ¿Quiénes lo juegan? ¿Dónde comenzaron? ¿Cómo llegaron a la selección? ¿Y desde cuándo Argentina va al Mundial de esta disciplina? ESPN.com habló con el equipo nacional femenino que en julio partirá a la Costa Dorada de Australia a disputar el Mundial que debió ser en 2020 y se postergó por la pandemia.

Agustina Paz tiene 22 años y juega desde 2018. Lo hace en Hellfish, un equipo que actualmente entrena en dos piletas, una ubicada en Olivos y otra en Pilar, en Buenos Aires. “Hacía natación, estaba federada, pero dejé. Ya era buza, porque gracias a mis papás hice el curso de muy chica y me metí más en eso. Un profesor de buceo me mencionó el deporte porque su pareja lo practicaba, la conocí, probé el hockey subacuático, y me quedé”, contó con una sonrisa. “Había mucho juego, cosa que en natación no, es divertido”, agregó Agustina.

Existe una liga nacional que consiste en cuatros fechas en las que todos los equipos se reúnen en un lugar para jugar un torneo y sí están divididos por categorías según edades. De esos clubes, la entrenadora de la selección, Jésica Pellegroti, con 16 años de experiencia en esto, convocó a ser parte del equipo celeste y blanco.

“Creo que el primer Mundial al que fuimos como país fue en 1998, varones y mujeres. Desde 2017 participamos con juveniles también y eso hizo que crezca muchísimo en cantidad y calidad”, contó la técnica de 40 años, oriunda de Neuquén. Si bien hasta ahora no había clasificatorios a la Copa del Mundo, a partir del próximo campeonato habrá torneos para poder acceder y dejará de ser abierto a quien se presente y anote. Para eso, dividieron en dos: Asia, Pacífico y América competirán entre ellos, mientras que Europa y África tendrán sus cruces.

La selección de damas tiene jugadoras de todos lados, de distintas edades, con mucha y sin experiencia internacional. Carolina Portioli tiene 27 años, es de Mendoza y jugará su cuarto Mundial, mientras que Agustina Paz (22) hará su debut en Australia. María Inés Gervasoni es de Santa Fe, tiene 40, practica hockey subacuático hace 20 años, estuvo en Canadá 2018 y jugará por segunda vez esta instancia.

Para poder entrenar hay mucho que hacen de forma individual, cada una desde donde está: hay una parte de fuerza, otra de aeróbica en tierra y agua, y destreza de apnea. Una vez por mes hacen concentraciones en alguna provincia, generalmente en Santa Fe, en el club Regatas, pero la última vez estuvieron en Mendoza. “Los gastos de las concentraciones corren por nuestra cuenta. Cada una pasa lo que gastó y lo dividimos entre todas. La última vez hicimos un ‘cafecito’ (NdR: una web que permite donaciones) para poder juntar algo y prorratearlo”, contó Carolina Piortoli.

Guillermina Ariza también es parte del equipo que viajará al continente oceánico. Tiene 20 años y es de Mendoza, jugó su primer Mundial con 14 y está igual de entusiasmada que aquella primera vez. “Soy estudiante y me bancan mis papás. Empecé con esto justamente por mi papá, él juega. Es difícil estudiar, trabajar y hacer este deporte. He estado vendiendo conitos de dulce de leche y bastoncitos de chocolate. Es mínimo con el gasto de Australia pero pude pagar lo de la concentración. También hicimos rifas entre otras cosas”, explicó con un dejo de deseo de que todo fuese diferente.

Del 18 al 30 de julio este equipo que se vestirá de celeste y blanco, representará a Argentina en un Copa del Mundo. La ilusión es inversamente proporcional al apoyo económico que tienen. Son 12 jugadoras y el cuerpo técnico que deben afrontar, por sus medios, el viaje a Australia y eso incluye todo: aéreos, estadía, comidas. En 2018 quedaron en el 11° lugar y ahora buscan mejorar esa posición. El objetivo: entrar en los ocho mejores. Y además, que quienes desconocían el hockey subacuático ya sepan de qué se trata y por qué no, se animen a practicarlo.

Los varones también van al Mundial

La selección masculina es parte de esta historia. Están en la misma situación y viajarán a competir a su Copa del Mundo que será de forma simultánea, del 18 al 30 de julio en Australia. Comparten algo más que el deporte, la lucha por difundirlo para poder hacer más fácil el ir a representar al país solo con el foco en lo deportivo.

En 2018, también fueron parte del Mundial de Canadá y en esa ocasión quedaron en el puesto 10. Para este torneo, al igual que las damas, esperan meterse en octavos de final. Pero soñar no cuesta nada y esperan llegar a estar entre los cinco mejores de este planeta.